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La fortaleza de la Actitud Positiva

Estereotipos, creencias y sesgos nos alejan de tener una Actitud Positiva. ¿Te animas a descubrir por qué?

Blandengue, ñoño, irrealista, soñador, egoísta, chistoso, inconsciente, flojillo, de andar por casa, sentimental, viva la vida, irresponsable…y así podría seguir añadiendo estereotipos, creencias y sesgos que en general se asocian a una Actitud Positiva.

Mi intención es cambiar estas creencias por otras más realistas y sólidas, porque tener una Actitud Positiva es una forma, un estilo de vida o un enfoque que nace del SER y que requiere de mucha valentía y fortaleza.

En la vida coexisten las cosas positivas y las negativas, los estados mentales y anímicos agradables y desagradables, las personas que nos enriquecen y las que son tóxicas para nosotros. Todo forma parte de ella. Cuando una persona opta por el lado positivo de las cosas, es porque también conoce el menos amable, porque se ha acercado a ambos y porque no ha elegido el camino más fácil, sino el más saludable para ella, para su entorno y para la sociedad en general. Es por lo tanto un acto de valentía y de generosidad.

 

Más allá de los miedos

Ponerse delante de nuestros miedos, de experiencias dolorosas o de personas a las que se ama, pero que de alguna manera no son saludables para nosotros, requiere de fortaleza y de una gran dosis de amor propio, ya que tener una Actitud Positiva ante la vida implica decidir conscientemente qué tipo de acciones son saludables para nosotros, qué tipo de relaciones queremos construir y qué tipo de vida queremos tener. Esto, requiere de un autoconocimiento que se ha de cultivar día a día a través de la reflexión, la indagación y la meditación. Por lo tanto, tener una Actitud Positiva implica tener fuerza de voluntad y disciplina.

A la Actitud Positiva le acompañan valores como la humildad, la honestidad, la resiliencia, la curiosidad, la alegría, la creatividad, la empatía y la gratitud. Estos valores, se manifiestan a través de un lenguaje (verbal y no verbal) que nace de dentro, que es amable, consciente, compasivo, firme, constructivo y de apoyo, que invita al diálogo y que se manifiesta como fruto de la armonía de nuestros temperamentos.

 

Tener una Actitud Positiva es como ir al oculista, porque nos desarrolla la capacidad de visión haciendo que lo esencial deje de ser invisible para nuestros ojos.

 

Cuando tenemos delante a una persona cuya marca personal es su Actitud Positiva, enseguida nos damos cuenta de que escucha activamente, empatiza, es compasiva, tiene una fuerza interior que nos contagia, se cae y se levanta siguiendo el camino de la vida, tiene una sonrisa innata que nace desde su ser, tiene un fino sentido del humor y transmite de forma natural sus conocimientos, su experiencia, su vocación y su visión positiva a todo su entorno. Es un regalo tenerla cerca, tanto en las experiencias agradables como en las desagradables.

Y ahora, ¿qué tal si relacionamos Actitud Positiva con valentía, fortaleza, generosidad, humildad, honestidad, resiliencia, sentido del humor, sonrisa interior, amabilidad, compasión, gratitud, autoconocimiento, creatividad, lenguaje positivo y ecuanimidad?.

Ready for change

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  1. Ana, tus palabras me llegan en un momento muy oportuno y me animan a levantarme sin temor a volver a caer y a hacerlo con una sonrisa.
    Gracias.

  2. Gracias por orientarme Ana en como seguir trabajando sobre una actitud positiva – como tu señalas, todo lo mejor en esta vida requiere un gran esfuerzo de nuestra parte.

  3. Leerte me tranquiliza, relaja y me tres paz. Comparto

  4. Qué afortunada soy de tenerte todos los días tan cerca y poder vivir todas esas cosas tan bonitas que dices!!

    1. Rocío, muchas gracias por tus palabras tan generosas. Suerte la mía de poder compartir contigo a diario!

  5. Excelente artículo, me viene de perlas en un momento complicado. Qué suerte haber encontrado este blog.

    1. Me alegro mucho de que te pueda servir o acompañar de alguna manera. Un fuerte abrazo, y recuerda que nada es permanente!