“No siempre soy tan asertivo como me gustaría” o “Cuando no soy asertivo, pierdo veracidad en mi mensaje” son dos frases que oigo constantemente a las personas a las que acompaño en su desarrollo personal, y en las organizaciones con las que trabajo cuidando de su capital humano. Veamos lo que implica tener una comunicación asertiva en organizaciones
Desde un punto de vista práctico, podemos definir la asertividad, como “la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable, franca, abierta, firme, pacífica, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos respetando a los demás, desde nuestra comunicación verbal y no verbal”
Además, la asertividad implicaría que los demás respeten la decisión tomada. Se ha de velar por ella. Que no la intenten manipular, chantajear o boicotear para que se cambie o sea fallida.
La asertividad es un valor que se puede (y debe) cultivar y desarrollar a diario
Un primer paso, es darse cuenta de ello. El objetivo, es que nos acompañe en cualquier ámbito de nuestra vida. Lo que ocurre, es que en ocasiones es “selectiva”: con unos sí con otros no, en el trabajo no en casa sí… Esta falta de armonía, se transmite consciente e inconscientemente a través de la palabra y de la comunicación no verbal.
Las personas conciliadoras que tienen alta autoestima y seguridad en ellas mismas, suelen ser personas asertivas y fieles así mismas. No ceden a lo que creen que los demás esperan de ellas. Argumentan con inteligencia, y buscan puntos en común y soluciones que beneficien a ambos, sin anular por ello su identidad. La elección pasará por el sí o por el no con total naturalidad y aceptación, como algo intrínseco en la persona asertiva.
Ser asertivos, implicaría ser respetuosos con uno mismo y con los demás, en ese mismo orden. El respeto propio por la decisión tomada, hará que el otro la respete. Un respeto que se transmite desde la coherencia entre la palabra y la Comunicación no Verbal. Hacerlo con consciencia plena, seguridad, amabilidad y firmeza, permite soltar la ira o el miedo que suelen acompañar a la indecisión, y que podrían arrastrar hacia la cólera, la frustración o la tristeza.
En ocasiones, la falta de asertividad se intenta ocultar a través de la complacencia, debilidad, palabrería, falta de ecuanimidad o grosería, lo que repercutirá negativamente en el entorno más cercano. Esto, lo vemos a diario en muchas organizaciones. Es lo que yo llamo la inseguridad del “líder”
Cuidar del capital humano de una organización, implica comunicar asertivamente tanto a nivel corporativo como a nivel de relaciones en todos los entornos y direcciones posibles
Sé que últimamente muchas organizaciones han hecho un gran esfuerzo para que su comunicación fuera clara y concisa por la situación que atravesamos, sin embargo, me pregunto si ha sido asertiva en todos los niveles del organigrama, y si su capital humano se ha sentido acompañado a través de ella.
¿Se puede dirigir una organización, equipo o comunidad desde la falta de asertividad? Como poder se puede, pero ya vemos a nuestro alrededor las consecuencias tan negativas que tiene.
Los beneficios de una comunicación asertiva en una organización son clave en su rentabilidad y entorno laboral
Hablamos de compromiso, fidelidad, iniciativas o actitudes que repercuten favorable y positivamente en la organización.
Transmitir seguridad, confianza, firmeza y amabilidad definen el Liderazgo asertivo, cualidad muy necesaria en todos los entornos que nos rodean.
En estos momentos disruptivos, en los que se toman decisiones difíciles y complicadas en muchos casos, han de ser comunicadas desde la asertividad. Desde ahí podrán ser llevadas a cabo con éxito en el más amplio sentido de la palabra.